Bruno Stagno: De cómo un arquitecto de zona templada pasó a ser experto en arquitectura tropical

• Bruno Stagno: De cómo un arquitecto de zona templada pasó a ser experto en arquitectura tropical

• “En sostenibilidad arquitectónica se habla más de lo que se hace”.

Tiene cuarenta y dos años de haberse venido de su natal Chile. En los 70, “quemó naves” en su austral país para comenzar de cero en esta cintura tropical de América.

Buscaba, junto a su esposa Jimena Ugarte, un país tranquilo para criar a sus hijos Bruno y Pietro, y por cosas de la vida llegó a este país sin ejército, tropicalmente lluvioso, que le tendió las manos a él y su familia y lo llevó a modificar lo aprendido como arquitecto proveniente de un país con cuatro estaciones muy marcadas.

Stagno está tan agradecido con la vida que ha llevado aquí que se ha especializado en arquitectura tropical. Fundó un instituto a partir de sus observaciones sobre nuestro entorno, y en el 2012 impulsó la aplicación de un sistema de gestión de sostenibilidad ambiental denominado RESET (Requisitos para Edificaciones Sostenibles en el Trópico), que ya corre gracias a que lo donó al Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO); y el mes pasado comenzaron a capacitar a integrantes del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos como auditores de esta norma.

Una calurosa tarde de abril, con el canto incesante de un yigüirro que pide agua en el jardín de su oficina, Bruno Stagno habló largo y tendido con Revista Image sobre, obvio, la arquitectura tropical, las nuevas generaciones de colegas y cómo llegó a residir a nuestro país.

RI- Usted es pionero en el tema de arquitectura y sostenibilidad, ¿cómo calificaría el avance de este tema en la arquitectura contemporánea?

BS- La sostenibilidad es un tema que se le vino a agregar a la arquitectura hace algunas décadas y, como tal, ha tenido avances que no han sido parejos ni homogéneos. Se habla más de lo que se hace. Los conceptos de la sostenibilidad no están tan claros, ya que se confunden ciertas cosas que tienen los edificios para calificarlos de sostenibles, cuando en realidad requieren de muchos más atributos para cumplir con ese calificativo.

“En este momento, si un edificio ahorra electricidad, agua y reduce la huella de carbono, se le quiere etiquetar como sostenible cuando para alcanzar esa categoría debería tener mucho más atributos; lograrlo es algo más complejo, demanda más trabajo del arquitecto con los ingenieros electromecánicos y con los constructores. Es un tema que llegó para quedarse y no es una moda, porque la sostenibilidad del planeta depende, en gran medida, de cuán sostenible es la arquitectura y la construcción, y hay que tener muy claro los conceptos para lograr edificios sostenibles”.

RI-¿Qué otros atributos requiere una arquitectura sostenible además de los que mencionó?

BS- Las casas que se hacían antes en Costa Rica eran sostenibles; tenían unos 12 metros de frente y un patio central por donde ventilaban y generaban confort interno y eso era sostenible. Pero muchas de esas formas de diseñar fueron sustituidas por tecnologías que eran baratas cuando el petróleo costaba $3 el barril y consumir energía era diferente, pero cuando subió a $150 la cosa cambió. Se perdió el oficio que se conocía de construir ese tipo de edificaciones sostenibles y bellas, y hay que recuperarlo para incorporarlo a la arquitectura contemporánea.

“Por ejemplo, se puede decir que un edificio sea sostenible y esté certificado, pero puede que no tenga sombra alrededor, que los rayos del sol le den directamente, o requiere mucha iluminación artificial. Todas estas cosas de sentido común deben ser incorporadas a la arquitectura para que sea mucho más amplio el concepto”.

“Soy un inmigrante que vengo de otro clima y al llegar aquí me encontré con el trópico y debí repensar la arquitectura que había estudiado y diseñar edificios sostenibles. No hacía arquitectura sostenible hace treinta años, lo que hice fue aplicar el sentido común”.

RI- Háblenos del Instituto de Arquitectura Tropical, sus implicaciones en el medio costarricense y global. ¿Podríamos denominarlo su área de Responsabilidad social?

BS- Efectivamente, es nuestra área de responsabilidad social. Tiene veintiún años de estar operando con éxito. Nuestra página web es visitada por profesionales de más de noventa países alrededor del mundo, tenemos nueve libros publicados y más de ciento veinte artículos relacionados con la arquitectura tropical.

“El instituto surgió como un resultado natural porque cuando llegué aquí descubrí un clima nuevo, una manera de pensar diferente y una gente distinta. A partir de esa experiencia, fue naciendo el Instituto, que ahora cuenta con una biblioteca de más de 6.000 volúmenes, abierta al público, una editorial online y hemos organizado encuentros de arquitectura tropical donde invitamos a arquitectos de la franja tropical del planeta”.

“Ayudamos a mucha gente de manera gratuita porque esa es nuestra manera de devolver el extraordinario apoyo que nos dio Costa Rica cuando llegamos como inmigrantes”.

RI- Como diseñador de torres habitacionales en un sector de gran desarrollo como lo es alrededor de La Sabana, ¿podría compartir su idea de un ordenamiento urbano para el caótico San José?

BS- Le devuelvo la pregunta: ¿Existe ordenamiento urbano? Hay miles de normas que deberían estar orientado la ciudad y al país. Son un montón de reglamentos, complicadísimos, que se contradicen, pero no garantizan ningún resultado.

“Cuando uno está diseñando un proyecto es tal la cantidad de normas contradictorias que uno no sabe cuál escoger”.

“En la oficina llevamos un control estricto de todos los reglamentos para evitar malas interpretaciones o situaciones. Procuramos ponernos la camiseta del proyecto y del propietario. Si bien somos un equipo pequeño, tenemos muchos años de trabajar juntos y eso ayuda a que las cosas caminen mejor”.

RESET, la norma de sostenibilidad arquitectónica

Esta es la norma de sostenibilidad para casas y edificios en las zonas tropicales del planeta, que surgió de un trabajo interdisciplinario del Instituto de Arquitectura Tropical y se aprobó desde mayo del 2012. Actualmente, se está actualizando y redactando una guía de la aplicación.

El Instituto de Arquitectura Tropical la donó a INTECO y a la Unión Internacional e Arquitectos, y se puede descargar gratuitamente de sus sitios web; ya sea en español, inglés o francés.

La norma contempla varios capítulos como ahorro de electricidad y agua, materiales y su uso, paisajismo, calidad del espacio arquitectónico y entorno del edificio; todos estos elementos son importantes en el trópico porque lo ideal es generar sombra que acondicione a los edificios a su alrededor para que sean más frescos y; así, consumir menos aire acondicionado. Lo mismo se contempla con la calidad de los espacios, porque la calidad de vida tiene que ver con los sitios que habitamos. Es distinto vivir en un edificio encerrado, como en los países nórdicos, a vivir a uno abierto y con espacios transparentes que son los más apropiados para el trópico y todo eso lo evalúa la norma.

A través de una hoja de contexto, RESET califica el nivel de impacto que tendrá el edificio por colores: amarillo, anaranjado y rojo. El rojo indica los aspectos de mayor impacto al cual se le aplican ciento veinte criterios y de esos tiene que aprobar setenta, de ahí para abajo va aplicando menos criterios. La calificación amarilla es para viviendas unifamiliares y edificios pequeños. La del Instituto, a la hora de impulsar esta norma, es la de enfocarse a todos los edificios que se pueden construir, no solo en los corporativos.

Actualmente, según explica el arquitecto Stagno, los edificios que construiría el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) serían con la norma Reset y, por el momento, el único edificio certificado con ella es el autobanco de BAC San José ubicado frente al Centro Comercial Paco, en Escazú.

También la quieren aplicar en México y Malawi, en las áreas de influencia tropical de esos países.

Video de la Entrevista al arquitecto Bruno Stagno: